El Mundo

Mientras Ron DeSantis concluyó un recorrido de 12 paradas en su campaña que empezó en una iglesia evangélica de Iowa y terminó en un centro de convenciones de Carolina del Sur, docenas de pastores se reunieron tras bambalinas para orar por el candidato presidencial.

Posteriormente, ante 1 mil 500 personas que estuvieron en el auditorio, DeSantis cerró su discurso parafraseando un verso de la Biblia: “Daré una buena pelea, terminaré la carrera y mantendré la fe”.

La retórica religiosa del gobernador y las políticas cambiantes están en el centro de su contacto con los anglosajones evangélicos --- un importante bloque de votantes en las competencias iniciales de la nominación del Partido Republicano.

Pero cuando se trata de su propia fe católica, se vuelve mucho más silencioso, en raras ocasiones menciona datos específicos de su fe y práctica.

“No creo que sea el tipo de persona que no quiera hablar de su religión”, comentó Brian Burch, presidente de la organización de activistas conservadores CatholicVote que le organizó un mitin a DeSantis el otoño pasado.